EJEMPLO DE LIDERAZGO

domingo, 29 de noviembre de 2015


"Traders" e inversores chilenos los más vagos cuando se trata de trabajar durante la Copa del Mundo


Estudio del Banco Central Europeo dice que los operadores de la Bolsa chilena son los "campeones del mundo" para escaparse a ver los partidos. Un sociólogo estima que chilenos tienen pocos espacios para expresar sus emociones.


Si el mundial de Brasil fuera entre vagos, Chile saldría campeón.
Esa es la conclusión de un estudio del Banco Central Europeo (BCE), que dice que "traders" e inversores chilenos son los más vagos cuando se trata de trabajar durante la Copa del Mundo.
Según Bloomberg, el informe señala que los operadores de la Bolsa chilena son los "campeones del mundo" para escaparse a ver los partidos, a pesar de que nuestro país tiene muy pocas chances de salir campeón.
Aconseja a los inversionistas que, si tienen planes de comprar o vender acciones chilenas durante la Copa del Mundo, es mejor que los olviden,
Según el BCE, las operaciones en la Bolsa prácticamente se paralizaron durante los partidos de la selección en el Mundial pasado. Cayeron más de 99%, la mayor baja entre los 15 países que fueron parte del estudio. Incluso cuando no juega la selección los operadores de la Bolsa local dejan de trabajar. El informe del BCE revela que las operaciones cayeron en un 79% durante partidos entre otros equipos.
En promedio, las transacciones cayeron un 55%. Los nueve mercados europeos, cuatro en América Latina, además de Wall Street y el de Sudafrica, fueron incluidos en el análisis del banco.
“La última vez que Chile jugó, el mercado estaba muerto", dijo Arturo Cutze, analista de Vantrust Capital, en entrevista con Bloomberg. "Todos estaban mirando el partido. Los jefes permitieron que los empleados trajeran una televisión. En los colegios y universidades todos tienen TV y las mesas de dinero también. Los chilenos siempre nos sobreexcitamos con nuestra selección".
A una semana del inicio del evento deportivo más visto del mundo, operadores desde Argentina a Japón se preparan para una baja en el negocio.
De acuerdo al estudio del BCE, incluso en los mercados más desarrollados, como Wall Street, las operaciones cayeron. La conclusión es que los inversionistas prefieren mirar los partidos a leer informes económicos o seguir los eventos políticos.

Brasil y Argentina

En la Bolsa de Buenos Aires las operaciones cayeron en un 80% durante el último mundial, en Brasil en 75% y en Wall Street en un 43%.
En las principales Bolsas europeas las operaciones cayeron un promedio de 38%.
El estudio del Banco Central Europeo revela que la caída en operaciones comienza a bajar en la previa de los partidos y sigue por debajo de lo normal por 45 minutos después del final.
Un sociólogo de la Universidad de Chile entrevistado por Bloomberg estima que la obsesión de Chile con la Copa del Mundo se explica en parte por su historia reciente, que dejó al país polarizado y emocionalmente reprimido. "Los chilenos tenemos pocos foros para expresar nuestras emociones, pero el fútbol es un espacio donde las emociones están permitidas", explica.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas, tan sólo el 18% de la población adulta de Chile asistió a un evento artístico en 2012, menos de la mitad el promedio de Estados Unidos.
Tiago Severo, analista de Goldman Sachs, escribió un informe la semana pasada en que señala que los hinchas chilenos están convencidos de que la mejor generación de jugadores en la historia dará que hablar en el Mundial y no le temen a nadie.
El informe de Goldman estima que a los mercados de los países que ganan la Copa del Mundo les va mejor que el promedio mundial en el mes después de la final. En el 2010, la Bolsa española retornó 12% en el mes que siguió a su victoria, el doble del índice global de MSCI.
Fuente: http://www.elmostrador.cl/mercados/2014/06/05/traders-e-inversores-chilenos-los-mas-vagos-cuando-se-trata-de-trabajar-durante-la-copa-del-mundo/

"Hemos ido hasta los límites" pero sin corrupción, insiste Beckenbauer

Rechazando toda idea de corrupción, Franz Beckenbauer reconoció que el comité de la candidatura que él presidía fue "hasta los límites" de sus posibilidades para obtener la disputa del Mundial 2006 en Alemania, en su primera entrevista televisada desde las revelaciones producidas hace un mes por la revista Der Spiegel.
Sobre si los límites habían sido sobrepasados el exfutbolista respondió: "¿Cuáles son los límites? No había una comisión de ética, podíamos contactar directamente con los miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA. Siempre íbamos al límite. Eran otros tiempos", remarcó el 'Kaiser' en su entrevista a la cadena SKY, en la que es uno de los comentaristas emblemáticos.
Sobre el controvertido desvío de 6,7 millones de euros a la FIFA, el icono del fútbol alemán afirmó que esa cantidad estaba destinada solamente "para obtener la subvención de 250 millones de euros", por parte de la instancia internacional.
En cuanto al proyecto de contrato dudoso del 2 de julio de 2000, cuatro días antes de la designación, que llevaba su firma y la de Jack Warner, ex vicepresidente de la FIFA y expresidente de la Concacaf, suspendido de por vida desde finales de septiembre, Beckenbauer señaló que "no hay un documento entre Warner Beckenbauer, hay un acuerdo entre la federación alemana y la Concacaf".
"Lo único que me preocupa es la fecha del 2 de julio. Se podría pensar que está ligado a la corrupción", concedió, añadiendo sin embargo: "Si hubiera habido una caja negra o una tentativa de corrupción, me hubiera dado cuenta".
Beckenbauer aseguró en una entrevista en el periódico Süddeutsche Zeitung haber firmado a ciegas el documento.
"Cuando tengo confianza en alguien firmo sin mirar", subrayó Beckenbauer, tomando como ejemplo sus 15 años dirigiendo al Bayern de Múnich.
"Tengo la confianza tranquila", insistió Beckenbauer, quien será escuchado el martes por la comisión de investigación externa de la federación alemana.
sg/alf/jcp/iga
Fuente: http://ecodiario.eleconomista.es/

La corrupción

ILEANA ALAMILLA


La corrupción, socialmente, no es un cáncer. Este se cura o mata. La otra es como una enfermedad endémica que, siendo infecciosa, afecta de manera “permanente” un cuerpo vivo, pudiendo no necesariamente matarlo, pero mantenerlo en condiciones precarias de sobrevivencia.

No hay Estado en el mundo donde haya podido ser erradicada total y permanentemente. Esa es la lamentable realidad. Y es que ella trasciende las ideologías. Puede haber corrupción en gobiernos de izquierda, de derecha o del centro. Sobrepasa las filiaciones religiosas, pudiendo padecerla evangélicos, católicos, musulmanes, judíos… Trasciende fronteras, nacionalidades, orígenes étnicos; igual, puede haber corrupción en un país chino, africano, árabe, caucásico.

La cero tolerancia a la corrupción debe ser un principio ético y una práctica moral. Pero este postulado es sustancial en el ámbito personal, donde cada uno(a) debemos luchar por ello a lo largo de nuestras vidas, tratando de ser, por utópico que parezca, coherentes.

Sin embargo, a nivel social y, más aún en el ámbito del Estado, el análisis de esta patología trasciende la dimensión ética individual, aunque están, sin duda, relacionadas. No habría corrupción a nivel social si no hubiera corruptos.

Pero la realidad es que a nivel individual, las personas pueden, mediante principios y valores robustos, evitar llegar a ser corruptos o, habiéndolo sido, redimirse de ello si efectivamente alcanzan un “ánimo de enmienda”. Es decir, que en el ámbito personal esta enfermedad es prevenible o curable, aunque nunca serán todos virtuosos.

La corrupción, por tanto, debe enfrentarse desde diversos ámbitos. Dos pueden ser los fundamentales. Está el individual: la formación moral de los niños y jóvenes; la adscripción personal, ideológica o religiosa, en particular, a determinados valores y principios; la familia, y en general, las instancias sociales más cercanas a la cotidianidad, juegan el papel esencial.

El otro ámbito es el político institucional, que tiene que ver con el funcionamiento del Estado, con las regulaciones que acoten las condiciones que pueden crear espacios propicios para la corrupción o constituir incentivos perversos que la promueven.

Los límites a la corrupción, por lo tanto, son dobles. Como personas, la tolerancia cero es fundamental. No se llega a ser corrupto de un día para otro. Sucede cuando paulatinamente nos corrompemos. Como Estado, la cero tolerancia debe ser un principio; pero, como práctica, la frontera que no se puede pasar es la disfuncionalidad del Estado y la afectación sustancial al bien común, que es su fin último.

El primer límite está relacionado con la coherencia en nuestra conducta. El ya generalizado saludo de “bendiciones” que tanto escuchamos en nuestro diario vivir es incoherente con la búsqueda del beneficio personal y egoísta por encima de cualquier otro propósito en la vida.

El otro límite, el social, está en mantener esta endemia bajo control, mediante prácticas institucionales que permanentemente desincentiven la corrupción, la repriman y reparen sus perversos efectos.

Actualmente, en el Estado guatemalteco donde quiera que se “pinche”, brota la corrupción. En las municipalidades, en el Ejecutivo, en el Legislativo, en el Judicial, etc. Y no podemos destruir el Estado para matar la corrupción. Podríamos destituir a todos los funcionarios públicos corruptos y encarcelar a todos los empresarios corruptores, que otros vendrían atrás a sustituirlos.

La cirugía tiene que ser institucional.

Fuente: http://www.prensalibre.com/opinion/la-corrupcion-1